Caminos Gastronómicos del domingo 23 de diciembre de 2018
1.- Después del tercer intento, logramos optar por una mesa para desayunar en La Casa Bistró sin tener que hacer cola. Muy amablemente nos ofrecieron una mesa para dos y enseguida nos ofrecieron una carta con una apetitosa variedad de platos y posibles combinaciones. Decidimos por la empanadas de maíz pilao, solicitando tres rellenos diferentes de los cuales dos ya no habían. Insistimos con los que si había, pollo, cazón y plátano con queso. Las dos primeras llegaron muy rápido a satisfacer nuestro apetito, pero desafortunadamente estaban frías y muy pequeñas de tamaño, lo cual les restaba frescura y sabor. No así con la tercera que estaba en su justo punto de cocción y temperatura, manteniendo el tamaño pequeño. Dos cafés guayoyos humeantes y ricos compensaron la decepción de las dos primeras empanadas. La relación precio calidad no estuvo a la altura de nuestras expectativas. Volveremos buscando el producto que intuimos nos pueden ofrecer. **
2.- Seguimos nuestro recorrido en busca de un postre que acompañara la alegría de nuestro recorrido, hasta que llegamos al café Aquarela (frente a la Panadería La Nugantina). Un lugar muy familiar, de pocas mesas pero con una oferta muy generosa. Pedimos la Cheese Cake de limón, que resultó ser una sorpresa al paladar por su suave textura y sabor delicado a limón. Muy sabrosa. El café (de nuevo guayoyo) hizo honor como acompañante y la relación precio calidad fue estupenda. Volveremos. ****
3.- De vuelta, dos cuadras más arriba, nos atrajo el aroma a Cacao de La Praline de Los Palos grandes. Después de regocijarnos visualmente en su preciosa bombonería, decidimos por dos bocados magistrales; bombón de ponche crema -haciendo honor a la época- y el tronco relleno de nueces pralinadas, ambos con chocolate oscuro. Nuestra alegría alcanzó su máxima expresión. Relación precio calidad excelente. Volveremos. *****